Aquí ya no se llora más…
No se llora, porque ya está bien. Porque llorar no soluciona nada, ni es una máquina del tiempo con la que volver un poco atrás. Ya no se puede hacer nada distinto a lo que se ha hecho, ni añade nada nuevo a lo que se ha dicho ya. No se llora porque siempre pensé que ir sonriéndole al mundo, podía arreglarle el día a alguien desconocido en cualquier lugar.
Llorar desahoga, pero no te hará volver, para que te diga que me equivoqué, y que siento haberlo hecho como lo hice. Eso ya lo sabes, ya lo he dicho, ya lo publico al mundo a cada instante.
No se llora, porque no se puede dar el espectáculo en un bar en el que cené contigo después de 4 meses sin verte, por el simple hecho, de que ya no cenabas en frente. No, porque quien te lleva al teatro para distraerte, no se merece que su noche acabe con un galardón al papel de llanto y lamento.
Se acabó, porque las personas a quienes les importas, se preocupan ya demasiado por tí, como para que encima tengan que verte llorar.
No se llora, no es que se oculte lo que se siente, ni que se entierre, ni que se olvide, porque quien no conozca su pasado estará condenado a repetirlo, pero llorar, ya no cambia nada, ni lo cambiará nunca.
Es una lástima, que siempre quisieras verme llorar, y ahora no estés para decir, «anda pues sí, corría sangre por sus venas». Aun así, te equivocarías, porque no es sangre lo que corre; en ellas, vives tu. Ahora entiendo pasajes que antes no entendía, canciones que antes disfrutaba sin llegar a comprender, entiendo por qué caminar sin tí, no es del todo andar.
Pero todo eso, es mio y no tengo por qué expresarlo en forma de lamento, no tengo por qué llorar para sentirlo más. Tampoco tengo que negarlo, para que nadie lo sepa, porque también el que llora soy yo, también hay un Juanjo que llora. Sí, he llorado, y mucho, y aunque pocos lo habéis visto, ha sido un honor compartirlo con vosotros. Pero ya no, ya se acabó. Nadie merece tantas lágrimas, e incluso, salvo la muerte, nada merece un llanto salvo una alegría, nada merece un llanto, a excepción de la vida.
Así que…se acabó, y aunque nunca lo veas, y aunque sepas que lo hice…ya no
Nota: Este texto lo escribí allá por diciembre de 2008. Sus razones han quedado atrás. Escribirlo me sirvió entonces. Espero que si alguien está ahora en una situación similar, le sirva también leerlo.
Aquí ya no se llora más… por Juan José García Gómez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.